No te escondo nada
Silvia Day
Era guapo y brillante, imprevisible y sensual. Me atraía como nadie ni nada lo había hecho en toda mi vida. Ansiaba tocarle como si fuera una droga, aun sabiendo que eso me debilitaría. Yo estaba muy herida y él abrió esas grietas tan facilmente...
Gideon lo sabía. Tenía sus propios demonios. Y nos convertimos en los espejos que reflejaban las heridas más íntimas de cada uno... y también nuestros deseos. Los lazos de su amor me transformaron, incluso cuando rezaba para que la tormenta de nuestros pasados no nos separara...
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