miércoles, 29 de enero de 2014

Peligro Oscuro - Christine Feehan

Escenas  eliminadas

Después de haber estado un tiempo desaparecida del blog, por problemas con el servicio de internet , hoy  vuelvo a publicar más material sobre la saga Oscura de Christine Feehan y le toca el turno a las escenas eliminadas del libro de Dominic y Solange  " Peligro Oscuro ".
Un agradecimiento muy especial a Sasha de CR ,por la traducción .
Ojala les guste y espero sus comentarios!! .



Primer escena eliminada del libro de Dominic y Solange

El “pequeño” gatito se deslizó silenciosamente a través del denso follaje, con los ojos fijos en la espalda de su presa. Aprender a cazar era más divertido que trabajar. Se acercó a cámara lenta, avanzando apenas un lento centímetro en cada paso. Su cuerpo era flexible y fuerte, cuarenta libras de puro músculo que aumentaban visiblemente en cada alzamiento. Cuando estaba excitado apenas podía mantenerse con sustancia y se deslizaba más y más a su forma de sombra.

La mujer se movió silenciosamente a través de la selva, por lo visto, sin un rumbo definido, simplemente caminando con esa extraña, fluida y silenciosa manera que tenía de moverse. El latido de su corazón resonaba por todo el cuerpo del pequeño felino de las sombras. El gatito escuchaba cómo la sangre de ella fluía por sus venas. Era su mayor tentación, una llamada a ese hambre que nunca se apagaba. Ella se paró. Era su oportunidad. Él se agachó, preparado para saltar.

Dominic se entrepuso entre el felino de las sombras y Solange, atando al gato cuando este atacó.

—Todavía tiene instintos, Solange, y es peligroso no importa cuánto quieras salvarle.

Solange se dio la vuelta al escuchar el bufido de descontento del gatito. Al instante, el gruñido se transformó en un ronroneo y el felino se apresuró hacia ella, frotándose entre sus piernas con tal fuerza que a punto estuvo de derribarla. Solange suspiró mientras se agachaba a rascarle entre las orejas.

—Solo para mí, Dominic. Nunca ha ido detrás de ti ni de nadie que esté cerca de nosotros. Deliberadamente, he dejado que se acercara a los otros cuando nos hemos encontrado con ellos y no ha mostrado el más mínimo interés.

Dominic se alejó de ella. Solange podía tocar fácilmente sus pensamientos pero estaba demasiado ocupada tratando de descifrar cómo afrontar mejor la necesidad que el gatito tenía de su sangre que no se preocupó por la reacción de Dominic. El felino iba a continuar creciendo, su habilidad para transformarse en una sombra mejoraría y, entonces, podría ser letal para Solange. Dominic no podía arriesgar la vida de su compañera, no importaba cuánto quisiera al gatito. Su vida era mucho más importante.

—Solange… —comenzó.

Ella negó con la cabeza.

—Sé lo que vas a decir, Dominic. También he pensado en los peligros.

—Tarde o temprano, si se separa de ti, puede decidir tomar la sangre de alguien más y matarlo.

—Nosotros tomamos sangre. Como él, la necesitamos para sobrevivir. Tú has estado dentro de él, al igual que yo, para tratar de reparar su daño. Mi sangre está rellenando los espacios vacíos y quizá la necesite por eso. Mientras tanto, nos quedaremos con él.
—Sabes bien, Solange —corrigió amablemente Dominic—, que ha sido criado para encontrarte y tomar, específicamente, tu sangre. Supone una amenaza para ti y está creciendo muy deprisa.

Ella se quedó en silencio durante unos instantes, acariciando al gatito ronroneante.

—Dominic, en este momento puedo darle sangre y podemos quedárnoslo. Trabajaré con él. No decidiremos nada hasta que no sea algo mayor y esté más centrado. Al menos tendrá una oportunidad de vivir una existencia normal.

—Sívamet —mantuvo su voz tan tierna como le fue posible—, sabes que nunca habrá normalidad para él.

—Lo sé. Tienes razón. —Agachó de nuevo la cabeza, mordiéndose el labio inferior—. No somos normales. Ninguno de nosotros. Le vigilaré, Dominic y, si se me va de las manos, me haré a un lado… si es que eso ocurre.

—Mírame, Solange —dijo. Esta vez no hubo gentileza en su voz, solo una suave e implacable autoridad—. Si llega el día en el que considere a este animal demasiado peligroso para ti, lo destruiré sin consultarte de nuevo. No quiero que digas luego que no te avisé.

Solange le miró, su expresión era parecida a la de él y cuando Dominic tocó su mente, ella no se inmutó. Él estaba en terreno peligroso en cuanto a que ella reconociera su autoridad. Lo cierto es que eso le importaba poco comparado con el hecho de hacerla sentir incómoda. Solange era, definitivamente, su compañera en cada forma posible, pero cuando tenía que ver con su seguridad, no estaba dispuesto a arriesgarse. Viajar con un animal tan potencialmente peligroso como el felino de las sombras, que había sido creado para tomar la sangre de ella específicamente, traspasaba su zona de confort.

Solange humedeció sus labios, haciendo que él deseara inclinarse sobre ella para besarla. Ella trataba de hallar un punto medio, Dominic podía verlo reflejado en su cara y valoraba que tratara de acercar posturas para encontrarle a medio camino.

—Sé que es algo preocupante, Dominic. No intentaría sanarle si pensara que no soy capaz. Mírale, es tan cariñoso. Tiene la capacidad de aprender.

Él asintió.

—Es cierto, Sívamet, pero sigue siendo un animal con instintos.

Solange se arrodilló junto al enorme felino, todavía frotándole entre las orejas. El gato ronroneó hasta que el bosque pareció resonar con su placer. Bajó su cabeza y se refregó contra ella una y otra vez, tratando de acercarse más y más. Iba a tener que esperar. Sabía que sería más duro para Solange si el gatito no lo conseguía. Ella ya estaba enamorada de la pequeña criatura.

—Trataré de que también acepte mi sangre —dijo, una forma de concesión.

Los ojos de ella encontraron los suyos. Le sonrió.
—¿Te he dicho que te quiero? Porque te quiero.

Su corazón brincó. Tenía que tener mucho cuidado porque la mujer podía desarmarle con solo una sonrisa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario